La metilcelulosa (o metilcelulosa) es un compuesto químico derivado de la celulosa. Es un polvo blanco hidrófilo en forma pura y se disuelve en agua fría (pero no caliente), formando una solución o gel viscoso transparente. Se vende bajo una variedad de nombres comerciales y se utiliza como espesante y emulsionante en varios productos alimenticios y cosméticos, y también como tratamiento para el estreñimiento. Al igual que la celulosa, no es digerible, no es tóxica y no produce alergias.
La metilcelulosa no se produce de forma natural, sino que se produce sintéticamente calentando la celulosa con una solución cáustica (por ejemplo, una solución de hidróxido de sodio) y tratándola con cloruro de metilo. En la reacción de sustitución que sigue, los residuos de hidroxilo (grupos funcionales -OH) se sustituyen por metóxido (grupos -OCH3). Se pueden preparar diferentes tipos de metilcelulosa en función del número de grupos hidroxilo sustituidos. La celulosa es un polímero formado por numerosas moléculas de glucosa unidas, cada una de las cuales expone tres grupos hidroxilo. El grado de sustitución (GS) de una forma determinada de metilcelulosa se define como el número medio de grupos hidroxilo sustituidos por glucosa. El máximo teórico es, por tanto, un GS de 3,0, aunque los valores más típicos son 1,32,6.